Qué bonita es nuestra niña! Podemos estar mirándola horas y horas sin cansarnos. El único problema cuando es recién nacida es que tu puedes estar mirándole la carita eternamente, pero hay más cosas que mirar. El pañal! Hay que mirarlo por el lateral para ver si hay un contenido que no estaba antes y cambiar el pañal al bebé.
El meconio
Las primeras deposiciones son el meconio. Esa pasta verde, de moco, bilis y restos de piel, que antes echaba por el cordón umbilical y ahora utiliza su trasero para expulsarlo. Y a los padres primerizos les toca limpiarlo. Que no cunda el pánico!! Que no es una obra de ingeniería, es simplemente limpiarle el culete al regalo que te ha llegado hace unas horas.
La señorita bebé, ya movía las piernas en la barriga de mamá, así que no había motivo para pensar que una vez fuera de su casa durante nueve meses, dejase de mover las piernas como un molinillo. Las primeras veces que la cambiamos, aún estaba aclimatándose a su nuevo medio, pero conforme fueron pasando los días, las piernas las movía más y más. Claro el problema era cuando llega el momento de cómo cambiar el pañal al bebé, porque con tanto movimiento de piernas no era complicado que el talón acabase dentro del pañal y ya tuviésemos el lío montado. Talón embadurnado en «****»
Cambiar el pañal a un bebé recién nacido



Pero cambiar el pañal no es tan difícil como pueda parecer, de hecho es bastante fácil:
Quitar y limpiar
- Bebé al cambiador (o a una superficie plana, acolchada e impermeable).
- Con la mano, suavemente le sujetas las rodillas, y con la otra mano quitas el velcro del pañal.
- Una vez visto el regalo que hay en el interior del pañal, si es pipí, no hay problema, se limpia con una gasa humedecida y listo. Si el regalo, es de los espesos, pues hay que intentar limpiar lo máximo posible con las menores pasadas, para que no se irrite el culito. Por lo que con la parte delantera del pañal se intenta limpiar lo máximo posible, de arriba abajo, recogiendo todo lo que se pueda desde un poco por debajo del ombligo, hasta el culito. Cuanto más se recoja, mejor. Los restos que queden, con una gasa, o una toalla humedecida se limpian bien y listo. Si no hay más remedio, pues se usan toallitas, pero nosotros creemos que la gasa humedecida es la mejor opción puesto que es simplemente agua. Con las toallitas, si hay que limpiarle el culito bastante veces, se irrita antes que con una toalla con agua y hay que estar echando cremas para bajar la irritación. (Nosotros usamos pasta al agua y nos va bastante bien).
Cerrar el pañal
- Para doblar el pañal, se hace un rulo, y con los dos velcros de los laterales se cierran sobre si, y ya tenemos el paquetito para tirarlo a la basura. Nosotros compramos un paquete de dos mil bolsas de plástico para meter cada pañal sucio de los que traían regalo, y así no hay miedo a la hora de tirarlo a la basura. En agosto, cuando se calienta el premio… a ver quien aguanta!



Poner pañal limpio
- Para ponerle el pañal limpio, con una mano, levantamos las dos piernas del bebé, y colocamos el pañal con la parte de los velcros en la espalda, quedando el filo del pañal para que en el momento de cerrarlo quede sobre el ombligo del bebé. Recién nacida la señorita bebé, y con la pinza del cordón umbilical aún, nosotros preferíamos que el pañal, quedase por encima de la pinza. Esa parte de su cuerpo estaba más protegida hasta que se cayese definitivamente la pinza.
- La parte que no tiene velcros, y que es más estrecha, se coloca en la parte de la barriguita del bebé, tienen que quedar mas o menos alineados, porque los velcros cierran sobre esta parte.
Cuándo cambiar el pañal



La señorita bebé nos hacía notar que tenía premio en el pañal, llorando. Durante los tres primeros meses era espectacular. Era hacerse pipí y llorar. Para unos papás primerizos es una suerte que el bebé te diga, de la forma que sea, que hay que cambiar el pañal. Después de esos tres primeros meses, con pipí si aguantaba más. Pero si el regalito que hay dentro del pañal era de los espesos, no hacía falta que dijese nada. Se olía. Desde que empezamos con la alimentación complementaria para el bebé, el olor cambió. Lo que en los primeros meses no solía oler mucho, en el momento en el que empezó a comer algo más que leche materna se disparó el olor. Pasó a oler como un adulto y ya no era tan liquida como podía ser antes. Lo dicho, como un adulto.