El sueño del bebé

Dormir a un bebé

Sueño del bebé

No. No es un trabalenguas: sueño del bebé que quita sueño a los padres primerizos. Dormir a un bebé no es tarea sencilla. La señorita bebé nació por la noche y ella pensó que la noche no era para dormir, que era para estar de fiesta. Estuvo toda la noche en vela, y papá y mamá con ella con los ojos como platos. Si alguna vez nos preguntamos como cambiarle el sueño a un bebé, la primera noche descubrimos, que más nos valía llevar a buen puerto ese cambio o nos íbamos a quedar por el camino.

La lógica dice que cambiar el hábito de sueño a un recién nacido no debería de ser complicado, y es que aún no tiene el hábito afianzado. Y es verdad. En una semana, ya había cogido el horario nocturno. Que veíamos que empezaba a caer, pues le hablábamos, le hacíamos caricias, la desvestíamos, si se empezaba a quedar dormida en el carro, la cogíamos (que padres más petardos) Y es que las noches son para dormir, que ya tendrá tiempo para que sean para otros menesteres. Eso sí, sí tenía que tener un hábito diurno para dormir, ese hábito se perdió por el camino cuando nació. Siestas de media hora-una hora y ojos abiertos.

Cuanto duerme un bebé

Cuando tienes a tu bebé recién nacido en brazos, los primeros días te apetece que tenga los ojos abiertos, que empiece a fijarse en papá y en mamá, que empiece a sonreír cuando le hablas… Pero luego, si no es muy de planchar la oreja en la cuna o en el carro, empiezas a tener ganas de que duerma un poquito. Al ser recién nacido necesita de cuidados totales, pero es que cuando está despierto necesita más! Cuantas mas horas duerme un bebé, mas tranquilo está. Porque necesita dormir. Lo recomendable hasta los dos meses es que duerma entorno a dieciséis-veinte horas diarias. Eso es lo recomendable. Pues la nuestra no lo necesitaba. Si dormía más de catorce o quince horas, era hasta raro. Cierto es que más tiempo teníamos para estar haciendo cosas con ella. Nos estábamos conociendo y había que aprovechar las horas de vigilia.

Sueño del bebé recién nacido

Durante las primeras semanas en casa, la señorita bebé se quedaba dormida sobre las 00:30 h – 01:00 h. Como la lactancia materna es a demanda, y ella demanda bastante, las tomas eran cada tres horas más o menos. Pero esos tiempos son irreales. Una toma puede durar una hora o más. Después de la toma, viene echar los gases al exterior, y si echa algo más, pues toca el cambiar pañal. La naturaleza podía haber alterado el orden, y es que si se ha dormido mientras está comiendo, para luego tener que colocarla y que expulse los gases, ahí ya hay bastantes posibilidades de que abra los ojos. Y si te escapas de está y la tienes que cambiar, de esa ya no te escapas. Se despierta seguro y vuelta a empezar. Esas noches de recién nacido, más que despertarse el bebé, lo despiertan los papás con el ritual del comer-gases-pañal.

Los paseos eran mano de santo. Empezar el carrito de bebé a andar, y ella a dormir. Una buena solución pero no la definitiva, y es que no te vas a ir a pasear a las tantas de la mañana para dormirla (aunque todo es posible si la desesperación aprieta).

Sueño del Bebé: 2 y 3 meses

Las horas de sueño de un bebé son orientativas, porque cada bebé es un mundo. La nuestra, de dormir durante el día lo justo. A partir de los dos meses si que empezó a dormir más horas por la noche, alargando el tiempo entre tomas. Las noches entre los dos y los tres meses empezaron a estar muy bien. Íbamos durmiendo cada vez más. La hora de dormirse se iba acercando más a la hora del resto de los mortales que llevan una vida normal, y a las 23:30 más o menos estaba en la cuna. Ya estaba empezando a aguantar cinco-seis horas entre toma y toma. La vida empezaba a ser maravillosa. Se despertaba sólo para comer y aguantaba dormida hasta las 8:30-09:00 horas. El dormir del bebé empezaba a funcionar.

Nuestra nueva compañera de habitación compartía hasta la cama mediante el colecho de su cuna. Es un gran invento el colecho. Cogerla por la noche para darle el pecho sin tener que salir de la cama y que ella duerma en su cuna al lado de papá y mamá es una solución magnífica. Todo tiene un lado bueno y un lado malo.

Sueño del Bebé: 4 y 5 meses

Los cuatro meses empezaron mientras dormíamos cada vez más hasta que de repente un día, la curva de la felicidad somnolienta empezó a decaer. Empezó lo que algunos llaman la crisis del sueño del bebé de 4 meses. Al principio, creímos que se debía a una bronquiolitis que se nos cruzó por el camino e hizo que el patrón del sueño se alterase. Se lo achacamos a la salida de los dientes de leche, que durante estos meses se estaban empezando a cuajar, hasta que al final rompieron empezando por las paletas de abajo. En estos meses, el colecho, quizá hizo más daño que beneficio. Cuando la señorita bebé se despertaba, notaba que mamá y papá estaban cerca, y no hacía el más mínimo esfuerzo por dormirse. Hubo noches de despertarse cada 45 minutos, sin que llegásemos a comprender el motivo.

Empezamos a pensar en sacar la cuna de la habitación por si nuestra simple presencia hiciese que descansase menos. No se iba muy lejos. De compartir cama y cuna, íbamos a pasar a compartir un tabique.

Sueño del bebe: 6 y 7 meses

Al cumplir los 6 meses llevamos a cabo la «Operación Extracción Cuna». Mucha operación, pero era mover la cuna tres o cuatro metros a la habitación de al lado. Fue un acierto. Al principio se pasa un poco mal. Desde que nació no se había separado de nosotros para dormir, pero ese paso antes o después hay que darlo. Que pase el bebé a dormir sólo es un pequeño paso que cuesta dar pero con una cámara vigila-bebés todo es mas fácil.

Durante estos meses, la hora de irse a dormir fue acortándose. La alimentación complementaria para bebés hizo aparición en nuestras vidas, y la cena pudo pasar a llamarse como tal. Un bol de sopa, un potito de verdura para bebés. La comida iba cogiendo consistencia. Y después de la cena, toca dormir. Sobre las 21:30 a la cama. Sí, a la cama…de papá y mamá. Porque la señorita bebé dormía sola, pero no «se dormía sola». Primero se dormía en la cama grande, y luego la pasábamos a la cuna.

Empezó durmiendo cuatro horas del tirón. Se despertaba, bebía un poco de leche o manzanilla y seguía durmiendo. Los síntomas de tener sed. Ni más ni menos. Por la cámara veíamos como de vez en cuando gruñía o  llorisqueaba, pero eran tres o cuatro segundos y seguía durmiendo. Seguramente si la hubiésemos tenido en la cuna con colecho, se hubiese espabilado algo más y alargado la vigilia. Poco a poco, las veces que se despertaba se fueron espaciando, hasta que una noche, desde las 21:30 h, llorisqueó a las 01:00 h., siguió durmiendo sin tener que despertarla, y se despertó a las 06:30 h. Nueve horas metida en la cuna, un record!!! Nos despertamos mirando el reloj incrédulos y preguntamos el uno al otro si no nos habíamos levantado ninguna vez esa madrugada.

Desde ese día las noches van así, no todas con nueve horas del tirón, pero acercándose bastante.

El pasar a que el bebe se duerma solo, lo dejamos para otro día.

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